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-------------Los sentidos en el viaje------------

22 abril 2010

En el libro de Javier Reverte, La aventura de viajar,  me quedo perplejo al leer un párrafo que podría ser plagiado por uno de nosotros, si no fuese porque el mío lo escribí en el año 97 en el prólogo de un libro de viajes a la Ruta Maya que presenté a un concurso (que evidentemente no gané) y porque él no me va a plagiar a mí pues ni me conoce ni creo que yo estuviera a la más mínima altura para ser plagiado por él.

La conclusión es que los sentimientos del viajero muchas veces son paralelos.

En su párrafo nos dice:

"¿Para qué irnos a un país lejano si su visión nos la sirven a la carta en la pantalla de televisor de nuestra casa?

Pues bien: pienso que una de las íntimas razones que en estos tiempos nos impulsan a viajar es la necesidad de dar satisfacción a nuestros sentidos. Tenemos que escuchar el viento y el oleaje, pero no mezclados con pureza a través de una mesa electrónica de control de sonido, sino con todo su estruendo y su carencia de limpieza: en su realidad caótica en suma. Necesitamos las voces de los otros, la algarabía tronando alrededor y el vacío abismal de los silencios. Nos hace falta tocar y que nos toquen, percibir en la piel la caricia de la lengua caliente del trópico y el arañazo de las uñas del frío glacial. Queremos saborear lo dulce y lo salado, lo acre y lo sutil. Y queremos ver con esa expresión tan exacta que dice "con nuestros ojos", la realidad que nos circunda. Hoy en día son nuestros sentidos los que nos hacen viajeros, no nuestra mente. Y por eso el secreto del arte de viajar está en saber abrirse a las sensaciones antes que a la reflexión. El viaje es, sobre todo, una aventura sensual y sentimental"

Mientras que en su momento escribí:

" VIAJAR, siempre he pensado que es algo más que desplazarse,  es percibir el mundo que te rodea con los cinco sentidos que posees. Algunas personas utilizan solamente la vista como medio para conocer su entorno lejano sin salir de su salón de televisión. Entender el mundo es algo más que conocerlo, es experimentar. Ver, tocar, oler, saborear y oír son algo más que palabras, son sentidos desarrollables en su máximo exponente mediante los viajes hacia otros continentes y culturas.

El olor de un poblado masai, de una ciudad india o de los platos cocinados en las calles sudamericanas. El sabor de la fruta tropical recién cortada, de una piraña recién pescada, de las hormigas del palo de limón en la selva amazónica, del mate argentino o de las hojas de coca peruanas.

Oír las ruidosas ciudades de los países subdesarrollados o no oír nada en parajes desiertos o solitarios. Tocar delfines, kanguros, mapaches y koalas. Todo ello es conocer nuestro pequeño universo. Recorrer el mundo es estudiar en la universidad del saber mundial a la que asistimos los estudiantes cuyo leitmotiv es, en definitiva, VIAJAR."

Curioso paralelismo.

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