Mi baúl de viajes

Declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1986, Toledo es una de las ciudades españolas más hermosas y enigmáticas, pues han sido numerosas las culturas que han dejado su impronta en ella convirtiéndola en una preciada joya amurallada.

Nosotros llegamos a la ciudad en nuestra autocaravana, ya sabéis, mi baúl de ruedas. Pudimos aparcar en un parking cercano al Alcázar y, en general, a la ciudad vieja.

Si vosotros no tenéis un vehículo parecido al nuestro, resulta muy práctico optar por el alquiler coches Madrid para pasar un día en esta fascinante ciudad, pues Toledo se halla a pocos kilómetros de la capital de España.

Itinerario imprescindible

El paseo comienza en la bella Puerta de la Bisagra que custodia un ángel y la iglesia de Santiago del Arrabal, el más atractivo templo mudéjar toledano por su magnífica portada principal, los artesonados de madera y el retablo plateresco.

Muy cerca se hallan la Puerta del Sol, una de las más hermosas de la muralla y la mezquita del Cristo de la Luz, legendario templo originado en la época visigoda –sobre una calzada romana– y transformado en mezquita durante el período califal. Posteriormente se añadieron el ábside mudéjar y el crucero (s. XII). Cautivan sus bóvedas, todas diferentes e inspiradas en la mezquita de Córdoba.

Tras disfrutar de las frescas vistas del paseo del Miradero, es necesario conocer el convento de Santa Fe, que ocupa parte de los antiguos palacios musulmanes de Galiana. En él se conserva uno de los primeros ábsides mudéjares de Toledo y la antiquísima capilla califal de Belén (s. XI), que guarda el sepulcro de Fernán Pérez, hijo de Fernando III el Santo, y pinturas del reinado de los Reyes Católicos.

Ha de hacerse un descanso en la famosa plaza del Zocodover ,y pasar bajo el Arco de la Sangre, antes de visitar el Hospital y Museo de Santa Cruz, albergue de niños expósitos y huérfanos que mandó construir Isabel la Católica por deseo del cardenal Pedro González de Mendoza. El edificio reúne una preciosa mezcla de estilos y luce artesonados de madera, hermosas cupulillas, patios singulares y las primeras muestras del plateresco toledano de Covarrubias, además de restos arqueológicos, romanos, visigodos, árabes y mudéjares y pinturas del Greco.

Situado en una colina histórica, el Alcázar es uno de los edificios emblemáticos de Toledo. La remodelación del antiguo castillo sufrió distintas vicisitudes bajo el mando de Covarrubias, autor de la bella portada principal que rememora a Recaredo y Recesvinto, Herrera y Ventura Rodríguez. Destacan en su interior un majestuoso patio coronado por la estatua del emperador Carlos V y una bellísima escalera. Callejear por Toledo es otro de los grandes placeres de esta visita, por lo que antes de llegar a la catedral resulta encantador pasar ante la portada gótica del Corral de Don Diego, la mezquita de las Tornerías o la posada de la Hermandad.

La visita a la catedral de Toledo es imprescindible, pues constituye posiblemente el templo gótico con más «peculiaridades españolas» ,ejemplo son el triforio mudéjar del crucero o la sala Capitular. Levantada sobre la antigua iglesia visigótica que sirvió de asiento a la mezquita más importante de Toledo, este magnífico templo posee dos torres desiguales, la más alta rematada al estilo gótico y la segunda con una cúpula que ideó el vástago del Greco. A cualquier rincón de la catedral le rebosan historias, baste decir que la capilla de la Descensión se halla sobre el altar de la antigua basílica visigótica, donde la Virgen se apareció al arzobispo San Ildefonso, y que la capilla del Corpus Christi mantiene la tradición de celebrar la misa en el rito mozárabe según estableció el cardenal Cisneros.

Muy cerca de la catedral se admira el bonito Ayuntamiento y la iglesia conventual de Santa Úrsula, otro templo mudéjar que destaca por su preciosa fachada. Los amantes del arte visigótico deben entrar en la iglesia de El Salvador, que conserva valiosísimos elementos de esta época e incluso hispanorromanos.

Muy cerca de ella se alza la iglesia de Santo Tomé –una de las más antiguas de Toledo–, que seduce con su preciosa torre mudéjar y posee en su interior un excepcional lienzo de Vicente López y el renombrado cuadro del Greco El entierro del conde de Orgaz. En la cercana Casa del Greco se expone la obra de este genial pintor y era donde, según las leyendas, Enrique de Villena practicaba la nigromancia.

La deliciosa sinagoga del Tránsito, Museo Sefardí, muestra el primer artesonado de Toledo elaborado con la técnica almohade, preciosos arcos lobulados o frisos de mocárabes, además de entrañables objetos pertenecientes a la comunidad sefardí. Apenas fue modificada tras ser convertida en iglesia, de ahí que conserve incluso las inscripciones hebraicas.

No muy lejos se halla la sinagoga de Santa María la Blanca, la más antigua que puede contemplarse en Toledo, pues la mandó construir Alfonso VIII. Este atractivo templo presenta curiosamente una decoración de estilo almohade.

San Juan de los Reyes fue el capricho de los Reyes Católicos y muestra un temprano estilo gótico flamígero. Aunque gran parte del convento fue quemado por las tropas napoleónicas –incluidos muchos de sus manuscritos y códices–, logró ser reconstruido tras la Guerra Civil. El claustro es de una singular belleza y en su fachada pueden verse las cadenas de los cristianos cautivos de Granada liberados por los Reyes Católicos.

Muy cerca se halla la Puerta del Cambrón, por la que se accedía a la judería. La antiquísima iglesia de San Román, de estilo mudéjar, muestra en sus naves arcos califales de herradura sobre columnas de mármol y capiteles visigóticos y mozárabes.

Actual Museo de los Concilios y de la Cultura Visigótica, todo su interior estuvo decorado con pinturas románicas –las que quedan están deterioradas pero son preciosas.